El cristiano, como seguidor de Cristo, busca el encuentro con Él allí donde Él está: en la celebración, en el Pan y Vino, en la comunidad creyente que ora y celebra su fe unida,... Y es en ese encuentro, que llena el corazón del cristiano, de donde sale la fuerza y la ilusión de darse al prójimo, de ayudar y servir al necesitado, de amar al hermano con un amor desinteresado... Un amor que lo da todo sin pedir nada a cambio, como hizo Jesús de Nazaret. Ese es el Amor cristiano.
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