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El Pontífice anima a las familias a soñar para evitar la colonización de la familia
En el marco del viaje apostólico a Filipinas, el Papa Francisco se encontró este viernes 16 de enero con las familias en el Mall of Asia Arena de Manila.
En la tarde a las 17.30 (hora local), el Santo Padre fue abrazado por una multitud alegre antes de iniciar el encuentro pensado como una Liturgia de la Palabra (acto de oración comunitaria) con una introducción de monseñor Gabriel Reyes, obispo de Antipolo, presidente de la Comisión Episcopal para la Familia.
Cantos, testimonios y lecturas del Evangelio anticiparon el discurso del Papa, que inició evocando la imagen de san José que recibe la voluntad de Dios en sueños. “A José le fue revelada la voluntad de Dios durante el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla”.
Luego, al margen del discurso, el Papa habló en español, improvisando. “Mi inglés es tan pobre, les voy a hablar en español”, dijo.
“Hoy yo me reposo con ustedes en el Señor. Ustedes me recuerdan a mi familia, mi papá, mi mamá, mis abuelos…”.
Sean novios en el matrimonio
“A mí gusta mucho esta idea de soñar una familia. Toda madre y padre ha soñado a su propio hijo por 9 meses. ¿Es verdad? No es posible una familia que no sueña. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar, la vida no crece, se pierde la esperanza", afirmó.
"Por eso, les recomiendo que en la noche cuando hagan examen de conciencia, háganse esta pregunta: ¿Hoy he soñado el futuro de mis hijos? ¿hoy soñé con el amor de mi esposo y de mi esposa? ¿hoy soñé con mi abuelo y mi abuela que me han llevado a este punto? No pierdan la capacidad de soñar”.
Luego dirigió su pensamiento a las crisis de pareja. "¡Cuantas dificultades hay en la vida del matrimonio y se pueden solucionar si damos espacio a soñar, si soñamos las cosas buenas que tiene nuestro esposo o esposa. Es muy importante soñar el amor. ¡No dejen de ser nunca novios!”. En el Palacio deportivo, las personas aplaudieron y rieron en un eco alegre.
El Pontífice presentó tres aspectos importantes en la reflexión de la Palabra y la familia: "Descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética".
En este sentido, señaló: “Dios nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio".
De nuevo en otra improvisación aseguró que san José vela por la Iglesia y sus problemas. “Quiero confiarles que amo mucho a san José porque es un hombre fuerte y silencioso. Tengo en mi escritorio una imagen de san José mientras duerme”.
La gente rió y le interrumpió. “Mientras duerme, san José cuida de su Iglesia. Cuando hay algún problema, le pongo documentos o papeles debajo de su imagen, así él sueña una solución”.
Del mismo modo, prosiguió hablando del don de la sagrada Familia, que -aseguró- fue confiado a san José, “así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret".
"Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño”, explicó.
Colonización de la familia
En otro gesto espontáneo, habló de la colonización de la familia. “Existen colonizaciones ideológicas que quieren destruir la familia. No nacen del sueño de Dios, no nacen de la misión que Él nos da. Viene de afuera, por eso hablo de la colonización de la familia".
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En la tarde a las 17.30 (hora local), el Santo Padre fue abrazado por una multitud alegre antes de iniciar el encuentro pensado como una Liturgia de la Palabra (acto de oración comunitaria) con una introducción de monseñor Gabriel Reyes, obispo de Antipolo, presidente de la Comisión Episcopal para la Familia.
Cantos, testimonios y lecturas del Evangelio anticiparon el discurso del Papa, que inició evocando la imagen de san José que recibe la voluntad de Dios en sueños. “A José le fue revelada la voluntad de Dios durante el descanso. En este momento de descanso en el Señor, cuando nos detenemos de nuestras muchas obligaciones y actividades diarias, Dios también nos habla”.
Luego, al margen del discurso, el Papa habló en español, improvisando. “Mi inglés es tan pobre, les voy a hablar en español”, dijo.
“Hoy yo me reposo con ustedes en el Señor. Ustedes me recuerdan a mi familia, mi papá, mi mamá, mis abuelos…”.
Sean novios en el matrimonio
“A mí gusta mucho esta idea de soñar una familia. Toda madre y padre ha soñado a su propio hijo por 9 meses. ¿Es verdad? No es posible una familia que no sueña. Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar, la vida no crece, se pierde la esperanza", afirmó.
"Por eso, les recomiendo que en la noche cuando hagan examen de conciencia, háganse esta pregunta: ¿Hoy he soñado el futuro de mis hijos? ¿hoy soñé con el amor de mi esposo y de mi esposa? ¿hoy soñé con mi abuelo y mi abuela que me han llevado a este punto? No pierdan la capacidad de soñar”.
Luego dirigió su pensamiento a las crisis de pareja. "¡Cuantas dificultades hay en la vida del matrimonio y se pueden solucionar si damos espacio a soñar, si soñamos las cosas buenas que tiene nuestro esposo o esposa. Es muy importante soñar el amor. ¡No dejen de ser nunca novios!”. En el Palacio deportivo, las personas aplaudieron y rieron en un eco alegre.
El Pontífice presentó tres aspectos importantes en la reflexión de la Palabra y la familia: "Descansar en el Señor, levantarse con Jesús y María, y ser una voz profética".
En este sentido, señaló: “Dios nos habla en la lectura que acabamos de escuchar, en nuestra oración y testimonio, y en el silencio de nuestro corazón. Reflexionemos sobre lo que el Señor nos quiere decir, especialmente en el Evangelio".
De nuevo en otra improvisación aseguró que san José vela por la Iglesia y sus problemas. “Quiero confiarles que amo mucho a san José porque es un hombre fuerte y silencioso. Tengo en mi escritorio una imagen de san José mientras duerme”.
La gente rió y le interrumpió. “Mientras duerme, san José cuida de su Iglesia. Cuando hay algún problema, le pongo documentos o papeles debajo de su imagen, así él sueña una solución”.
Del mismo modo, prosiguió hablando del don de la sagrada Familia, que -aseguró- fue confiado a san José, “así a nosotros se nos ha confiado el don de la familia y su lugar en el plan de Dios. El ángel del Señor le reveló a José los peligros que amenazaban a Jesús y María, obligándolos a huir a Egipto y luego a instalarse en Nazaret".
"Así también, en nuestro tiempo, Dios nos llama a reconocer los peligros que amenazan a nuestras familias para protegerlas de cualquier daño”, explicó.
Colonización de la familia
En otro gesto espontáneo, habló de la colonización de la familia. “Existen colonizaciones ideológicas que quieren destruir la familia. No nacen del sueño de Dios, no nacen de la misión que Él nos da. Viene de afuera, por eso hablo de la colonización de la familia".
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