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4º DOMINGO DE CUARESMA
Jn 3, 14-21. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre.
Jn 3, 14-21. Lo mismo que en el desierto Moisés levantó en alto la serpiente, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre.
2 Cr 36, 14-23. Yahveh, el Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros.
Ef 2, 4-10. Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos.
No es una frase más. Palabras que se podrían eliminar del Evangelio,
sin que nada importante cambiara. Es la afirmación que recoge el núcleo
esencial de la fe cristiana. «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único». Este amor de Dios es el origen y el fundamento de nuestra esperanza.
«Dios ama el mundo». Lo ama tal como es. Inacabado e
incierto. Lleno de conflictos y contradicciones. Capaz de lo mejor y de
lo peor. Este mundo no recorre su camino solo, perdido y desamparado.
Dios lo envuelve con su amor por los cuatro costados. Esto tiene
consecuencias de la
máxima importancia.
1. Jesús es, antes que nada, el «regalo»
que Dios ha hecho al mundo, no solo a los cristianos. Los investigadores
pueden discutir sin fin sobre muchos aspectos de su figura histórica.
Los teólogos pueden seguir desarrollando sus teorías más ingeniosas.
Solo quien se acerca a Jesucristo como el gran regalo de Dios, puede ir
descubriendo en todos sus gestos, con emoción y gozo, la cercanía de
Dios a todo ser humano.
2. La razón de ser de la Iglesia, lo único
que justifica su presencia en el mundo es recordar el amor de Dios. Lo
ha subrayado muchas veces el Concilio Vaticano II: La Iglesia «es
enviada por Cristo a manifestar y comunicar el amor de Dios a todos los
hombres». Nada hay más importante. Lo primero es comunicar ese amor de
Dios a todo ser humano.
3. Según el evangelista, Dios hace al
mundo ese gran regalo que es Jesús, «no para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él». Es muy peligroso hacer de la denuncia y
la condena del mundo moderno todo un programa pastoral. Solo con el
corazón lleno de amor a todos, nos podemos llamar unos a otros a la
conversión. Si las personas se sienten condenadas por Dios, no les
estamos transmitiendo el mensaje de Jesús sino otra cosa: tal vez,
nuestro resentimiento y enojo.
4. En estos momentos en que todo parece confuso, incierto y desalentador, nada nos impide a cada uno introducir un poco de amor en el mundo. Es lo que hizo Jesús. No hay que esperar a nada. ¿Por qué no va a haber en estos momentos hombres y mujeres buenos, que introduzcan entre nosotros amor, amistad, compasión, justicia, sensibilidad y ayuda a los que sufren? Estos construyen la Iglesia de Jesús, la Iglesia del amor.
Oremos en grupo y en familia
Dios es el que tiene la iniciativa de la salvación, lo nuestro es volvernos a Él, aceptar la salvación que Dios nos ofrece. El sueño de Dios es una humanidad de Hijos, semejantes a Él. Oremos.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por nuestra querida Iglesia, para que nos recuerde incesantemente con sus gestos y palabras, el empeño de nuestro Padre Dios en salvarnos y en querernos porque somos sus hijos.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por todos los seguidores de Jesús, para que contagiemos la alegría de nuestra fe, nuestra fortuna de contar siempre e incondicionalmente con la gracia de nuestro buen Dios.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por todos los hombres y mujeres que lo están pasando muy mal a causa de la crisis, para que entre todos creemos una red solidaria que ayude a todos los que viven en la dificultad.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por los responsables de nuestras instituciones y gobiernos, para que pongan todo su empeño en solucionar los problemas de los más desfavorecidos de nuestra sociedad.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por la paz en nuestro mundo, para que cese todo tipo de violencia y hagamos posible una sociedad más justa y habitable.
Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
Te damos gracias, Padre, por tu Hijo Jesús. En Él te reconocemos, te entendemos y nos sentimos hijos tuyos. Sin Él nuestra vida estaría enzarzada en culpas y méritos, en miedos y castigos. Tu Hijo Jesús nos ha liberado de todo esto. Te damos las gracias de corazón.Amén.
«Dios ama el mundo». Lo ama tal como es. Inacabado e incierto. Lleno de conflictos y contradicciones. Capaz de lo mejor y de lo peor. Este mundo no recorre su camino solo, perdido y desamparado. Dios lo envuelve con su amor por los cuatro costados. Esto tiene consecuencias de la
máxima importancia.
1. Jesús es, antes que nada, el «regalo»
que Dios ha hecho al mundo, no solo a los cristianos. Los investigadores
pueden discutir sin fin sobre muchos aspectos de su figura histórica.
Los teólogos pueden seguir desarrollando sus teorías más ingeniosas.
Solo quien se acerca a Jesucristo como el gran regalo de Dios, puede ir
descubriendo en todos sus gestos, con emoción y gozo, la cercanía de
Dios a todo ser humano.
2. La razón de ser de la Iglesia, lo único
que justifica su presencia en el mundo es recordar el amor de Dios. Lo
ha subrayado muchas veces el Concilio Vaticano II: La Iglesia «es
enviada por Cristo a manifestar y comunicar el amor de Dios a todos los
hombres». Nada hay más importante. Lo primero es comunicar ese amor de
Dios a todo ser humano.
3. Según el evangelista, Dios hace al
mundo ese gran regalo que es Jesús, «no para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él». Es muy peligroso hacer de la denuncia y
la condena del mundo moderno todo un programa pastoral. Solo con el
corazón lleno de amor a todos, nos podemos llamar unos a otros a la
conversión. Si las personas se sienten condenadas por Dios, no les
estamos transmitiendo el mensaje de Jesús sino otra cosa: tal vez,
nuestro resentimiento y enojo.
4. En estos momentos en que todo parece confuso, incierto y desalentador, nada nos impide a cada uno introducir un poco de amor en el mundo. Es lo que hizo Jesús. No hay que esperar a nada. ¿Por qué no va a haber en estos momentos hombres y mujeres buenos, que introduzcan entre nosotros amor, amistad, compasión, justicia, sensibilidad y ayuda a los que sufren? Estos construyen la Iglesia de Jesús, la Iglesia del amor.
Oremos en grupo y en familia
Dios es el que tiene la iniciativa de la salvación, lo nuestro es volvernos a Él, aceptar la salvación que Dios nos ofrece. El sueño de Dios es una humanidad de Hijos, semejantes a Él. Oremos. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.• Por nuestra querida Iglesia, para que nos recuerde incesantemente con sus gestos y palabras, el empeño de nuestro Padre Dios en salvarnos y en querernos porque somos sus hijos. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por todos los seguidores de Jesús, para que contagiemos la alegría de nuestra fe, nuestra fortuna de contar siempre e incondicionalmente con la gracia de nuestro buen Dios. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por todos los hombres y mujeres que lo están pasando muy mal a causa de la crisis, para que entre todos creemos una red solidaria que ayude a todos los que viven en la dificultad. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por los responsables de nuestras instituciones y gobiernos, para que pongan todo su empeño en solucionar los problemas de los más desfavorecidos de nuestra sociedad. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
• Por la paz en nuestro mundo, para que cese todo tipo de violencia y hagamos posible una sociedad más justa y habitable. Padre, que vivamos con gozo ser tus hijos.
Te damos gracias, Padre, por tu Hijo Jesús. En Él te reconocemos, te entendemos y nos sentimos hijos tuyos. Sin Él nuestra vida estaría enzarzada en culpas y méritos, en miedos y castigos. Tu Hijo Jesús nos ha liberado de todo esto. Te damos las gracias de corazón.Amén.
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