Domingo de Ramos ciclo B


Domingo de ramos
Veamos lo que aconteció en los últimos días de la vida terrenal del Señor: Mc 11, 1-11.

El domingo de Ramos la iglesia universal recuerda la entrada del Señor en Jerusalén, para consumar la entrega de su vida por amor a su pueblo.
La misa se inicia con la procesión de Ramos, previamente bendecidos, que simbolizan el compromiso del creyente de ser testigo de la persona y del mensaje de Jesúsa lo largo del año. Los ramos que llevamos a nuestras casas nos recordarán este compromiso.

PALABRAS DEL CRUCIFICADO Escrito por  Enrique Martínez Lozano
Marcos pone una sola frase en labios del Jesús moribundo: 
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".

Son siete las expresiones que los cuatro evangelios atribuyen al crucificado. Sin duda, se trata de las diferentes interpretaciones que cada evangelista dio a la muerte de Jesús, en línea con la que fuera su propia vivencia y los acentos de su propia teología.De hecho, no nos consta que hubiera ningún discípulo en el momento de la ejecución (la presencia del "discípulo amado", en el cuarto evangelio, parece que juega un papel puramente simbólico).
Por otro lado, no es fácil que un crucificado, a quien le faltaba el aire como consecuencia del propio suplicio, pudiera hablar y, en todo caso, parece impensable que alguien pudiera escucharlo, ya que los soldados solían mantener a la gente a una gran distancia de los condenados.
Todo ello nos hace pensar que fueron los evangelistas los que, con las expresiones utilizadas, trataron de subrayar, en los últimos momentos de la existencia de Jesús, aquellos aspectos que les parecieron más relevantes.
Veamos, una por una, esas siete expresiones.
• "Eloí, Eloí, lemá sabaktani" ("Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?") (Mc 15,34; Mt 27,46). Es la única frase que aparece en Marcos y (más tarde) en Mateo. Se trata, en realidad, del inicio del Salmo 22 (21), a cuya luz Marcos escribió el relato de la crucifixión. Al utilizar este salmo, Marcos interpreta la muerte de Jesús en clave de confianza, que surge tras el grito inicial de abandono, tal como confirma la lectura completa del propio salmo.Lucas ofrece tres expresiones, con las que subraya el perdón de Jesús, su misericordia como fuente de vida y la confianza última.
• "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Es lo que había vivido y proclamado durante toda su vida: el amor-perdón. Y así revela a Dios como el que dis-culpa. El "juez" es en realidad nuestro abogado.
• "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" (Lc 23,43). Paradoja: el moribundo que da vida. Dios es siempre Dios de vida, ama la vida. Basta insinuar: "Señor, acuérdate de mí...", para que la Vida se abra camino. Y eso en el "hoy" de Dios que, en Lucas, significa el presente siempre actual.
• "Padre, a tus manos confío mi espíritu" (Lc 23,46). Lucas tiene interés en subrayar que Jesús muere como había vivido: anclado en la confianza. Una confianza que está siempre a salvo: la muerte misma no es sino el "paso" a la Vida de Dios.
Juan presenta también tres expresiones, características de su propia teología:
• "Mujer, ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre" (Jn 19,26-27). Constituye la escena central de este pasaje de la crucifixión. La "mujer" es imagen de la "Hija de Sión", verdadero Israel, madre de la Iglesia, que ve reunirse a sus hijos a su alrededor, representados en la figura del "discípulo amado". Se advierte un paralelismo con las bodas mesiánicas de Caná, incluso en los términos empleados: "madre de Jesús", "mujer", "hora"... El "discípulo amado" representa a los creyentes. El Israel fiel y el nuevo pueblo son llamados a recibirse mutuamente.
• 
"Tengo sed" (Jn 19,28). Es una expresión relacionada con la escena anterior. Y presenta –como casi todo el texto joánico- un doble nivel de lectura: en el nivel histórico, alude a la sed real, que constituía uno de los muchos padecimientos de los crucificados; en el teológico, alude a la "sed" de dar el don del Espíritu.
• 
"Todo se ha cumplido" (Jn 19,30). En Juan, es un grito de victoria: ha llegado la plenitud. Con la muerte de Jesús, queda definitivamente revelado quién es Dios y qué siente por el ser humano. Para el cuarto evangelio, la misión de Jesús consiste en revelar al Padre: con su muerte, la ha cumplido plenamente.
  1. Hoy, Domingo de Ramos, es un día de gloria para el Señor, que es aclamado por el pueblo como mensajero de Dios: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. Dentro de pocos días, como oiremos en la historia de la Pasión, el pueblo gritará: “¡Crucifícalo!” Entendemos esto mejor cuando reflexionamos sobre nuestras propias vidas. Tenemos algunos días de felicidad gloriosa, de éxito, de alegría, pero también días tristes de contradicción y de fracaso. Hoy miramos esos días a la luz del Señor. Con él vivimos días felices; con él experimentamos también días llenos de tristeza; pero, sean días tristes o alegres, en todos ellos seguimos al Señor.
  2. Uno con Jesús en el Sufrimiento y en el Triunfo
    La celebración de hoy es la obertura del drama de la Semana Santa. Enfoca a dos actos centrales que nos trajeron perdón y nueva vida: La muerte y la resurrección de Jesús. Cuando agitamos nuestros ramos, aclamamos a Jesús como nuestro rey victorioso, porque en Pascua vencerá al pecado y a la muerte. Pero para conquistar esa victoria, optó voluntariamente por someterse al sufrimiento y a la muerte, como se nos dice en la historia de su pasión. Seamos uno con Jesús en su sufrimiento, para compartir también su victoria.
Oración de la Bendición de los Ramos
Oh Dios de toda vida: Venimos hoy ante ti con ramos verdes, símbolos de vida y juventud, 
y símbolos de Jesús, que se llamó a sí mismo “árbol verde”.
Bendícenos, y bendice (+) estos ramos que portamos en nuestras manos.
Que estos pequeñas ramas y hojas aclamen a Cristo como a nuestro Señor, 
que nos trae plenitud de vida,aun cuando tengamos que caminar con él
por el difícil camino del sufrimiento y de la muerte hacia la victoria final.
Te lo pedimos por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina 
por los siglos de los siglos. 
Jesús entra en Jerusalén con triunfo popular. También nosotros lo proclamamos ahora como nuestro Rey glorioso, pero su auténtico reinado era el del Siervo de Dios y del pueblo, que murió para traernos vida. ¿Queremos ser como él?

Oración de los Fieles

Fortalecidos por la palabra y por el ejemplo de Jesús, pidamos a nuestro Padre del cielo que el sufrimiento y la muerte de su Hijo dé fruto en nosotros y en todos los hombres. Y digamos; R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.

  1. Por una Iglesia servicial, que sea fiel y no tenga miedo a predicar a todos la Buena Nueva de la cruz y resurrección de Jesús, roguemos al Señor: R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
  2. Por todos los cristianos, para que aprendamos a seguir a Jesús en su forma de servicio y en su negación de sí mismo para llevar alegría y esperanza a los que nos rodean, roguemos al Señor: R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
  3. Por una sociedad mejor y más honesta, en la que nadie sea oprimido y en la que la gente se preocupe por los otros, roguemos al Señor: R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
  4. Por los destrozados y desalentados, para que de nuevo encuentren a Jesús que continuó, solo y con dolor, en su camino de sufrimiento, y experimentó la alegría de la resurrección, roguemos al Señor; R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
  5. Por los que se encuentran cara a cara con la muerte, para que se sientan fortalecidos por la presencia de Jesús, el Señor, y por el apoyo y ánimo de sus seres queridos, roguemos al Señor: R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
  6. Por todos nosotros, para que los próximos días de Semana Santa sean tiempo de gracia y nos acerquen más y más a Cristo Jesús, roguemos al Señor: R/ Ten piedad de tu pueblo, Señor.
Oh Dios y Padre nuestro: Escucha nuestras súplicas, y ayúdanos a comprender el lenguaje de confianza y misericordia, de reconciliación y perdón, de libertad y comprensión, por Jesucristo nuestro Señor.
Oración final
Padre bondadoso: En esta celebración del Domingo de Ramos, queremos aprender de tu Hijo Jesús a guardar viva nuestra esperanza en ti, y a continuar caminando hacia adelante animosos por nuestro camino en la vida aun desconociendo qué nos deparará el futuro o cuándo tendremos que cargar pesadas cruces; porque confiamos en ti, y sabemos que un día resucitaremos, por encima de nuestras miserias, a una vida de alegría sin fin, por el poder de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Jesús vivió por nosotros, Jesús murió por nosotros.
Acompañémosle durante esta Semana Santa en su camino hacia la cruz, para que él nos acompañe siempre en nuestro camino de servicio y entrega a Dios y de los unos a los otros.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

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