Iniciamos la celebración canto «En memoria tuya»
Llegada
la hora de retorno al Padre, sabiendo que iba camino a su cruz,
reunió a sus amigos en la última cena y nos dio su Cuerpo el Señor
Jesús. En memoria tuya, Cristo redentor,
vamos a tu mesa en señal de amor.
Profundo
misterio de amor y ternura de querer quedarse antes de partir, de
dejar su Sangre como Alianza nueva, de darla en bebida antes de
morir.
«Tómenlo
y coman pues esto es mi Cuerpo» les dijo, rompiendo en su mano un
pan. «Tómenla y beban pues ésta es mi Sangre, la que por ustedes
he de derramar»
«Y
hagan lo mismo cuando se reúnan sabiendo que un día he de retornar
para convidarlos a beber unidos de aquel vino nuevo que el Padre ha
de dar»
En
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
canto
«No hay mayor amor"
No hay mayor amor que dar la vida, no hay
mayor amor [bis].
Este
es mi cuerpo y mi sangre todo esto es lo que soy. Estaré siempre
entre ustedes, aunque parta no me voy.
No
teman amigos míos si algún tiempo no me ven, que si entre ustedes
se quieren me verán a mi también.
El
miedo no es sentimiento que abriga el que cree en mí, recuerden
estas palabras: Al mundo yo lo vencí.
Les
enviaré mi Espíritu que consuela en el dolor, alentará en la
esperanza, traerá fuego al corazón.
Presentamos
nuestra oración
G:
En esta noche que celebramos el amor de Jesús que se entrega por
nosotros y nos regala el don de la eucaristía, digamos juntos a cada
intención «Escucha Señor la oración de tus hijos»
Los
miembros de la familia pueden ir leyendo las intenciones para
presentar al Señor:
Lector
1: Por la Iglesia, para que haciendo presente a Cristo,
manifieste al mundo entero el amor de Dios por los hombres,
especialmente en estos tiempos tan difíciles para tantos hombres y
mujeres. Oremos.
Lector
2: Por todos los sacerdotes, para que siguiendo a Jesús,
puedan vivir su vocación como hermanos de los hombres y servidores
de todos. Oremos.
Lector
3: Por los profesionales y trabajadores que nos cuidan y
abastecen en medio de la cuarentena, para que sientan el
reconocimiento y agradecimiento de la sociedad, y se sepan un
instrumento de Dios para la vida de los que más sufren. Oremos.
Lector
4: Por nosotros, para que podamos seguir el mandamiento que
Jesús nos dejó de amarnos los unos a los otros, especialmente con
aquellos que más nos necesitan. Oremos.
Quien
lo desee, puede agregar intenciones.
Ofrendas
G:
Bendito seas Señor, nuestro Padre, por este Pan,
fruto de la tierra y
del trabajo de los hombres.
Todos
responden: Bendito seas por siempre, Señor.
G:
Bendito seas Señor Jesucristo, que te quedaste como alimento en
nuestro peregrinar. Todos responden: Bendito
seas por siempre, Señor.
G:
Bendito seas Espíritu Santo, Señor y dador de Vida que hacés
presente en nosottros a
Jesús, el Pan de Vida. Todos
responden: Bendito seas por siempre, Señor.
Acción
de gracias
A
ti, Dios y Señor nuestro, dirigimos esta plegaria
para bendecir tu nombre y darte gracias
porque estás siempre con nosotros
y nos das la vida que disfrutamos.
Queremos proclamar tu bondad ante el mundo,
para que todos sepan que
por encima de tu poder y tu grandeza
está tu amor infinito, incondicional, de Padre y Madre.
Gracias, Dios santo, porque no tenemos por qué temerte
y sólo nos das motivos para quererte.
Uniendo nuestras voces a las de todo el género humano,
entonamos con alegría este himno en tu honor.
para bendecir tu nombre y darte gracias
porque estás siempre con nosotros
y nos das la vida que disfrutamos.
Queremos proclamar tu bondad ante el mundo,
para que todos sepan que
por encima de tu poder y tu grandeza
está tu amor infinito, incondicional, de Padre y Madre.
Gracias, Dios santo, porque no tenemos por qué temerte
y sólo nos das motivos para quererte.
Uniendo nuestras voces a las de todo el género humano,
entonamos con alegría este himno en tu honor.
Memorial
de la Cena del Señor
Te
damos las gracias, Padre santo, de modo muy especial,
por habernos dado como compañero a Jesús de Nazaret.
Sabemos, Señor, que esto no es un altar de sacrificios
sino una mesa a la que Jesús, tu hijo, nos ha congregado
para que celebremos una comida de hermandad
y recordemos su vida consagrada al bien de la humanidad.
Vivir conscientemente esta eucaristía nos compromete,
porque ahora nos toca imitar a Jesús
y poner al servicio de los demás todo lo que somos.
Pero es lo que de verdad, de corazón queremos:
ser fermentos de buena voluntad y buen hacer
para que todos los seres humanos nos sintamos amigos
y más que amigos, hermanos.
por habernos dado como compañero a Jesús de Nazaret.
Sabemos, Señor, que esto no es un altar de sacrificios
sino una mesa a la que Jesús, tu hijo, nos ha congregado
para que celebremos una comida de hermandad
y recordemos su vida consagrada al bien de la humanidad.
Vivir conscientemente esta eucaristía nos compromete,
porque ahora nos toca imitar a Jesús
y poner al servicio de los demás todo lo que somos.
Pero es lo que de verdad, de corazón queremos:
ser fermentos de buena voluntad y buen hacer
para que todos los seres humanos nos sintamos amigos
y más que amigos, hermanos.
En su cena de despedida,
nos pidió que nos reuniéramos en torno a una mesa,
y nos invitó a compartir
un trozo de pan y una copa de vino,
en memoria de su vida solidaria.
Tomando entonces un pan y mientras lo partía y repartía,
les fue diciendo:
Tomad y comed todos de él, porque esto soy yo.
Esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.
nos pidió que nos reuniéramos en torno a una mesa,
y nos invitó a compartir
un trozo de pan y una copa de vino,
en memoria de su vida solidaria.
Tomando entonces un pan y mientras lo partía y repartía,
les fue diciendo:
Tomad y comed todos de él, porque esto soy yo.
Esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros.
Luego tomó una copa de vino
y mientras se la pasaba les decía:
Tomad y bebed todos de ella, porque esta es mi vida,
este es el cáliz de mi sangre,
que será derramada por vosotros y por todos.
Haced esto en mi memoria.
y mientras se la pasaba les decía:
Tomad y bebed todos de ella, porque esta es mi vida,
este es el cáliz de mi sangre,
que será derramada por vosotros y por todos.
Haced esto en mi memoria.
Movidos por el mismo Espíritu de Jesús,
brindamos y compartimos esta copa de vino.
Este vino nos recuerda la vida de Jesús,
alegre, compasiva y fraterna.
brindamos y compartimos esta copa de vino.
Este vino nos recuerda la vida de Jesús,
alegre, compasiva y fraterna.
Gracias, Padre, por la vida que nos has dado.
Como Jesús queremos ponerla al servicio de los demás.
Como Jesús queremos ponerla al servicio de los demás.
Creemos que Jesús está con nosotros, que lo hacemos presente
reuniéndonos en su nombre y siguiendo su ejemplo.
reuniéndonos en su nombre y siguiendo su ejemplo.
Por eso,
ESTE ES EL SACRAMENTO DE NUESTRA FE
ANUNCIAMOS TU MUERTE, PROCLAMAMOS TU RESURRECCION, VEN SEÑOR JESÚS
Te
agradecemos, Dios santo,la presencia de Jesús en medio de nosotros.
Eso creemos, porque es sencillamente lo que nos prometió
siempre que nos reuniéramos como ahora en su nombre.
Dios invisible, pero presente en toda la inmensa creación,
derrama tu espíritu de amor sobre todos nosotros
para que seamos amigos de la verdad
y la verdad nos haga libres,
para que tengamos entrañas de misericordia
y nos duelan las desgracias que sufren tantos hermanos,
para que siempre estemos disponibles para ayudar a otros,
para que seamos entusiastas constructores de tu Reino.
Queremos hacer una gran iglesia, una iglesia sin fronteras, EN COMUNIÓN CON NUESTTRO PAPA FRANCISCO Y NUESTROS OBISPOS GABRIEL Y DARÍO
una comunidad universal, donde tenga cabida
toda la gente de buena voluntad y buen corazón.
Ensancha nuestras miras, que aprendamos de ti
a entender y a querer a propios y extraños. Todos juntos,
como testimonio de la gran familia que formamos en Ti,
invocamos tu nombre y brindamos en tu honor,
con Jesús, tu hijo, hermano y maestro nuestro A TI PADRE OMNIPOTENTE, EN COMUNIÓN CON EL ESPÍRITU SANTO, TODO HONOR Y TODA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
AMÉN.
PADRE NUESTRO
Creemos que Jesús está con nosotros,que lo hacemos presente reuniéndonos en su nombre
y siguiendo su ejemplo.
Este es el pan del camino, este es el vino de la vida. Jesús nos invita. Dios está aquí, en nosotros y en estos alimentos que vamos a tomar. Somos vida y somos pan para ser por todos compartidos.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, tomamos este pan, lo partimos y nos lo ofrecemos
unos a otros, como signo de nuestro compromiso social y
voluntad de servicio.
Queremos
ser como lo fue Jesús, pan partido y repartido
en la esperanza de contribuir a nueva humanidad.
en la esperanza de contribuir a nueva humanidad.
Movidos
por el mismo Espíritu de Jesús, brindamos y compartimos esta
copa de vino. Este vino nos recuerda la vida de Jesús, alegre,
compasiva y fraterna.
Gracias,
Padre, por la vida que nos has dado.
Como Jesús queremos ponerla al servicio de los demás.
Como Jesús queremos ponerla al servicio de los demás.
después de la COMUNIÓN
Creemos
que Jesús está con nosotros,
que lo hacemos presente reuniéndonos en su nombre
y siguiendo su ejemplo.
que lo hacemos presente reuniéndonos en su nombre
y siguiendo su ejemplo.
Meditamos con este canto
oración:
G:
Señor Jesucristo, que en el admirable sacramento de la eucaristía
nos dejaste el memorial de tu pasión, muerte y
resurrección, concedenos
venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de la
redención. Todos: Amén.
canto "lava mis pies"
Comentarios
Publicar un comentario