Viernes Santo - Meditamos con Cecilia

  DeCecilia  Rodríguez
Hoy estamos en Getsemaní…
Para algunos
es tiempo de orar, de soledad, de encontrarse con uno mismo…
es tiempo de angustia, de sentir la muerte al acecho…
es tiempo de incertidumbre, de pedir a Dios que aparte el cáliz, pero a su vez, de aceptar…
Para otros
Es tiempo de besos, abrazos y encuentros que traen contagio de padecer y muerte…
Es tiempo de individualidades, del sólo percibir la propia decepción y justificar la traición…
Hoy estamos “encerrados”
Para algunos
Es tiempo de silencio, de aceptar la injusticia de un padecer que no merecíamos…
Es tiempo de encierro, de dolor, de tristeza porque estamos privados de estar con nuestros seres queridos…
Para otros
Es tiempo de abuso de poder, de sacar ventaja, de pensar en su propio poder y atesorarlo…
Es tiempo de acusar, de buscar excusas para generar revueltas, y asi justificar su propia falta de capacidad de amar…
Hoy cargamos nuestra Cruz
Para algunos
Es tiempo de sentir en el cuerpo el dolor, la pesada carga de un padecer que nos deja inconcluso tantas charlas, tantas ayudas a los que nos necesitaban…
Es tiempo de llanto, llanto que penetra, que desgarra, que horroriza…
Es tiempo de sentirnos ayudados por el  Cirineo que nos carga la cruz, porque solos no podemos…
Es tiempo de caer una y otra vez, en el hartazgo, en la angustia, en el dolor  y volver a levantarnos porque hay que seguir…
Para otros
Es tiempo de azote, de liberar las ganas de dominar al otro, de negar el dolor del otro, y seguir azotando…
Es tiempo de negar al que hasta hace poco era “nuestro amigo”…
Es tiempo de queja, de ceguedad, de conspiraciones que cumplen sus cometidos…
Si es tiempo de Muerte, también será tiempo de Resurrección
Cada vez que la muerte parece tener la última palabra, cada vez que todo se pone oscuro, díficil, que el temor y la angustia se apoderan de nosotros, que el frío de la soledad nos invade… Suspira, grita con fuerzas “Dios mío,  Dios mío ¿por qué me has abandonado??”
Hoy la muerte se llevará a un inocente, que cargará con nuestros errores…
Detrás de cada muerte hay 
Alguien que eligió “tener” en vez de “ser”…
Alguien que olvidó a los pobres, los olvidados del “sistema”…
Alguien que no se ocupó de cuidar al otro…
Alguien que se creyó que todo da igual, y redujo la vida humana a un número de estadística…
Pero el Amor no pasará jamás, y si es tiempo de muerte, también es tiempo de Resurrección!
Porque un nuevo Ser Humano ha de despertar!
Porque habrá un banquete para todos, y la alegría del encuentro, del abrazo, será maravillosa!
Porque el amor será más fuerte, y compartiremos la mesa en memoria de Aquel que nos enseñó:
“¡Amense los unos a los otros, como yo los he amado!”


¡Gracias Ceci, hermana y compañera en el CAMINO DE JESÚS!

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